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martes, 16 de octubre de 2012

"Elba Esther Gordillo; mujer insensible en el tema de la familia" Luis Hernández Montalvo

“Elba Esther Gordillo; mujer insensible en el tema de la familia”
Luis Hernández Montalvo
Como un reflejo ideológico basado en percepciones de un mudo ideal; así puede catalogarse a las recientes declaraciones de la señora Guadalupe Suárez Ponce, Secretaria de Promoción de la Mujer del Comité Ejecutivo Nacional Partido Acción Nacional.
Pero ¿Qué molestó a tan distinguida y burocrática señora para calificar a Elba Esther Gordillo Morales de “mujer insensible en el tema de la familia”?
Dirán mis amigos y los que no se consideran como tales; que de criticón del poder absoluto, o casi absoluto de la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores dela Educación –SNTE-; he terminado como su defensor oficioso; que de la noche a la mañana, abandoné mis afanes por democratizar al Sindicato con más de un millón y medio de trabajadores de la educación y que ahora, le doy la razón.
Elba sabe lo que significa trabajar para mantener un hogar cuando falta el padre de las hijas. La señora omnipotente y omnipresente en el mundo de la política del país, no siempre estuvo en el mismo lugar de privilegio; en las oficinas centrales del CEN del SNTE, un hombre se hizo cargo de la cocina y restaurante del 5º. Piso de la Calle de Venezuela 38. Se trataba del hijo de una modesta mujer que por muchos años –se decía en los pasillos del Sindicato-, cuidó de sus hijas mientras ella trabajaba en una modesta escuela del estado de México.
La señora anónima, no solo cuidó a sus hijas, les daba de comer  y a la maestra misma la recibía con alimentos cuando llegaba a su casa después de las diligencias del día.
Cuando murió; la maestra ya encumbrada en el SNTE y en la política nacional, cuidó todos los detalles de su sepelio y ella misma permaneció en vigilia durante la noche del velorio. Como podrán ver, esa mujer petrificada por la vida que le ha tocado vivir, tuvo alguna vez rasgos de agradecimiento a quienes le tendieron la mano sin ningún interés. Decía mi maestro Ángel Nájera que en el mundo real, “no hay hombres –y mujeres- esencialmente buenos, ni esencialmente malos”.
La señora Presidenta del CEN del SNTE; declaro recientemente que:
“El abandono de la madre en la formación de los hijos, convirtió a las escuelas en guarderías juveniles, a los maestros, en solitarios responsables de la educación y vació de contenido educativo y de convivencia humana enormes cantidades del tiempo familiar, el cual fue ocupado por el excesivo consumo de televisión chatarra y el abusivo uso de instrumentos lúdicos envueltos en ropajes de tecnología también chatarra”.
Estas declaraciones fueron calificadas de insensibles por doña Guadalupe Suárez Ponce en un intento fallido por “defender a las mujeres”  a las que se supone representa desde la comodidad del poder político-partidario y desde los modelos de la familia nuclear que impiden ver la realidad y la magnitud de la pobreza en nuestro país durante las últimas tres décadas.
Yo supongo que la respuesta de la señora Guadalupe, es una actitud que enmascara la hipocresía de los que gobiernan y sobre todo, de quienes no quieren ver la realidad; pero tanto las declaraciones de Elba Esther como las dichas por el señor Juan Díaz de la Torre; Secretario General del CEN del SNTE, están fundadas en estudios de la familia, sobre todo, cuando señalan:
“Habiendo perdido como centro a la familia, éste fue ocupado por otros sistemas de comunicación que tienen otros objetivos y que coparon una enorme cantidad del tiempo socialmente inútil mediante un pretexto aparentemente inocuo pero que tiene enormes impactos en la desvalorización humana y social: el “entretenimiento”.
Me parece que las declaraciones de los lideres sindicales del SNTE, en lugar de ser calificados de “insensibles”; debieran ser el principio de la formalización de un debate sobre los modelos de familia y los roles que le da la sociedad y que por ahora ya no corresponden a la realidad; pero, también, para replantearse nuevas políticas públicas de apoyo a las mujeres y a la familia desde la realidad concreta.
Uno de mis maestros en la normal; hace más de cuarenta años, nos decía que lo que la escuela construye durante la mañana, la televisión lo destruye por la tarde. Que el trabajo del maestro en las aulas no podía competir con el poder de penetración de las televisoras; algo parecido señalaron los líderes sindicales cuando dicen:
“El enorme daño que ha generado el excesivo consumo de televisión chatarra, no sólo por los mensajes de doble moral con el que se construye sino por la cantidad que del tiempo individual y social del que se apropia, no puede de ninguna manera minimizarse”
Hay que decir que las televisoras han ido demasiado lejos en la construcción de mecanismos de poder que han supeditado al poder político de las instituciones de la República y del Estado mismo, a los intereses de grupo y de facción, que dañan severamente el tejido de la sociedad; lo vimos en las dos últimas elecciones presidenciales, su poder de influencia y corrupción para imponer y construir candidaturas a modo, en donde se borran las fronteras de las conductas éticas personales y  públicas, confundiéndose con la delincuencia, la corrupción y la impunidad  que carcome toda la estructura del Estado, y la familia no es la excepción. ¿Quién tiene la razón? Juzgue usted mismo, desde el conocimiento de sus alumnos, desde su condición de padre o madre, (16-10-2012).



 

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