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martes, 23 de octubre de 2012

Los maestros en el escaparate José Carbonell

Durante la semana que recién terminó, los líderes magisteriales estuvieron muy activos y su presencia en los medios fue más que notoria. Y no lo fue precisamente para bien. Todo lo contrario, las noticias que trascendieron no los dejan muy bien parados que digamos.
Una vez más Elba Esther Gordillo se hizo presente. En el congreso extraordinario del SNTE afirmó que en ese sindicato “no caben los líderes morales y menos los vitalicios”, cuando “paradójicamente” lleva 23 años al mando. Además, este mismo sábado fue ratificada en su cargo por otros seis años, hasta finales de 2018, por lo que completará casi treinta años al mando.
Los cerca de 3,500 delegados, después de recibir una computadora portátil como regalo, la aclamaron estruendosamente –¡Elba, Elba, te queremos!, le gritaban–: se calcula que el gasto solamente en dicho “presente” es de alrededor de 23 millones de pesos; eso sin incluir el costo del viaje y la estancia, ya que el congreso se celebró en Cancún.
Según reporta SinEmbargoMX, los estatutos del sindicato prohíben que los dirigentes ocupen el mismo cargo durante periodos consecutivos. De tal forma que desde 1989 –año desde el que encabeza al sindicato–, “la maestra” ha venido cambiando el nombre de su puesto para mantenerse en el poder. Todo un ejemplo de democracia sindical.
Los críticos del SNTE también estuvieron muy activos esta semana. Los maestros contrarios a Gordillo –agrupados mayoritariamente en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)– dieron la nota, ahora en Michoacán. En los días recientes vimos escuelas normales tomadas, bloqueos, miles de niños sin clases día sí y día también, cierre de carreteras y de casetas de peaje, y un larguísimo etcétera que debería indignar a michoacanos.
El nuevo dirigente de la CNTE en ese estado, Juan José Ortega Madrigal, dio una clara muestra de lo que representa esta corriente. En unas declaraciones –criticando la reforma a los planes de estudio, en donde se incluye la enseñanza de computación e inglés– sostuvo que “cuando el pueblo de México maneje el inglés de manera completa y total, entonces van a ser las empresas las que van a brincar la frontera y van a traer patrones buscando una mano de obra especializada, doméstica, para que nuestros hermanos ya no vayan a Estados Unidos, sino que las empresas vengan aquí y en vez de pagar con dólares, paguen con centavos”.
Bajo la lógica de este “iluminado” dirigente magisterial, los niños mexicanos no deberían aprender cómputo y mucho menos inglés, no vaya a ser que llegue el chupacabras y… en fin.
Así pues, la semana pasada tuvimos muestras claras de lo que representan y de la forma en que piensan los líderes de nuestros maestros.
Por si la situación de nuestro sistema educativo no fuera suficientemente dramática, estos dirigentes nos demuestran que siempre se puede ir más allá en el camino de la destrucción de nuestro futuro. Con este panorama, no es de extrañar los resultados educativos obtenidos.
¿En verdad esto es a lo único que podemos aspirar? Los verdaderos maestros, los que día con día asisten a su escuela y se esfuerzan por enseñar a sus alumnos, deberían, de una buena vez, levantar la voz (y el Estado otro tanto).
Twitter: @jose_carbonell

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