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martes, 12 de noviembre de 2013

Agradecimiento en Gómez Palacio Durango Pedro Medina Calderón


  Un pensador eurocéntrico afirmó que el vivir es “una cuerda tendida en el abismo entre el hombre y la bestia”. Es una afirmación trágica. Para abrir la esperanza podríamos agregar que al caer también podemos volar y seguir volando hasta la justicia.
Pero de acuerdo. Vivir es riesgo y pensar la eternidad ésta permanece difuminándose en una totalida
d que se complica para captar lo real de esa realidad. La totalidad de lo real de en la realidad de esta modernidad capitalista desde el mecanismo de su ética de mercado que fomenta ha conducido a una vaciedad posmoderna donde el hambre se vuelve sólo espectáculo.
Eso pasa con lo cultural, siendo lo más cotidiano, es una batalla poco comprendida de la batalla social y educativa. Por eso es relevante lo que emprende “la casa de la cultura” en Ciudad Juárez, Durango., y en reciprocidad va nuestro reconocimiento a todos los autores de la iniciativa de hoy.
La creatividad se dificulta al principio, pero si es noble como ésta, acabará imponiéndose. Creatividad es atreverse a caminar elevándose en el abismo.
Gracias por haber tomado un riesgo hoy al otorgarme este “reconocimiento”. Me fortalecerá a continuar sirviendo mientras viva. Trataré de corresponder a la confianza de este Comité con el nombre de “los Revueltas”, aquella inolvidable familia de rebeldes creativos en el campo del arte y del pensamiento que ennoblece a Durango.
Otro acierto es también que estos reconocimientos tengan el nombre de nuestro querido Maestro José Santos Valdés. Conocí al Maestro Valdés en un Congreso de la FECSM realizado en Tamatán, Tamaulipas., el año de 1959. Nos habló de la Filosofía educativa de la Revolución Mexicana. Me conmovió tanto con su Conferencia que como maestro rural me pareció que era un camino que debía seguir. Parecía sencillo andar por él, pero la práctica social y política se fue haciendo cada vez más complicada. El riesgo de equivocarse en el vivir es frecuente. Ahora, cuando llevo a cuestas setenta años, el bulto del tiempo se hace más pesado. Ayuda mucho que la medida de un educador de la talla del Profesor José Santos Valdés nos quede grande porque se convierte en una meta a alcanzar. Me entusiasma comprender que Él, José Saramago y otros, que vivieron escribiendo, en esta edad lo hicieron a mayor profundidad hasta el final de sus días. Creo que nos espera esa tarea.
Es bueno considerar ahora las circunstancias pasadas de aquel libro del Maestro Valdés llamado “La batalla por la cultura” escrito en los 40s. La batalla de las Misiones Culturales de entonces fue retomada en la campaña de alfabetización de los revolucionarios cubanos, creo que mejor que nosotros. Pero la batalla de ahora en la globalización planetaria es más compleja y el concepto mismo de cultura ha cambiado y adquirido una mayor importancia. El rimo de las tecnologías al servicio del mercantilismo multiplicándolo geométricamente y no el desarrollo de lo humano pareciera que éste retrocede. Hasta da la impresión de que lo mejor que aquellas generaciones construyeron se estuviera destruyendo ahora.
Por mí parte, gracias por esta ocasión. La tarea del “mérito” José Santos Valdés, lo entiendo como un desafío en tres tiempos. Debemos trabajar por una otra historia más crítica y rescatar los esfuerzos de aquellos héroes ignorados de carne y hueso que se esforzaron en la cotidianidad por las causas populares. Desde allí busquemos participar en el presente por un proyecto educativo humanista frente a los pragmáticos mercaderes que cosifican lo humano. Si no somos sólo “capital humano” debemos defender la comunidad y la persona plena.
Tenemos que participar con nuestra cultura en una sociedad planetaria, que nos espanta pero donde podemos crear alternativas. No debemos temer si abrimos entre nosotros el diálogo reflexivo. Algunos ya lo hacemos a través de una pedagogía crítica latinoamericana intentando pensar más allá de esta civilización eurocéntrica enclaustrada, que en su crisis amenaza a la humanidad entera.
Reitero: muchas gracias al Comité del Proyecto Revueltas, a la Casa de la Cultura de Ciudad Juárez, Durango., y a la querida Escuela Normal Rural de Aguilera. Desde luego, a todos los organizadores de este tan singular encuentro. Muchas gracias. Nos esforzaremos cada día por ser mejores.

Atentamente: Pedro Medina Calderón

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