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martes, 14 de julio de 2015

Los presos políticos del 12 de agosto de 1966 Pedro Medina Calderón



Información para Tesis de
 Hallier Morales en la UAZ

            Después de un Movimiento de Médicos, Residentes e Internos en 1965 el País se conmovió en 1966 (Últimas Noticias de Excélsior, Diario de la tarde)  con la captura de sus dirigentes, con el periodista Víctor Rico Galán y el Lic. Raúl Ugalde Álvarez (junto a más de 40 personas, líderes campesinos y magisteriales) acusados de encabezar una conspiración guerrillera. Había el antecedente de Ugalde que presidió el Frente Electoral de Pueblo (FEP) acompañado de Othón Salazar y Ramón Danzós Palomino postulado para Presidente de la República contra Gustavo Díaz Ordaz, la oposición de las elecciones de 1964. Por otro lado Rico Galán realizó reportajes sensacionales para la Revista Siempre la de mayor circulación en aquel tiempo) sobre la Revolución Cubana y sendas entrevistas a Fidel Castro y al Che Guevara. La verdad apenas comenzábamos a organizarnos: estábamos en embrión.


La relación es con el hecho de que entre los 40 íbamos cuatro Normalistas Rurales (J. Guadalupe Moreno Rentería y Ramón Sariñana Sariñana de Aguilera, Durango., Juan Espino Aguilar y yo, de San Marcos, Zacatecas.) y una lección suprema que aquilata la dimensión del Profesor. José Santos Valdés.

PRIMERA RUTA: SAN MARCOS-LA LAGUNA- ZARAGOZA.

Egresé de San Marcos en junio de 1963 e inmediatamente fui asignado al Ejido Atalaya, Coahuila., en septiembre.

Pero antes de ingresar al servicio, en el verano de 1963, me había inscrito en la Normal Superior de Chihuahua.. El candente ambiente social de este Estado me atrapó de inmediato. Los periódicos populares “Índice” (del Lic. Gallardo) y “La Jeringa” (de Ernesto Espinoza) hablaban de guerrillas en la Sierra y las encabezaba Arturo Gámiz, un joven dirigente juvenil de la Normal del Estado y del PPS del que ya me habían hablado mis amigos dirigentes de la Normal Rural de Salaices, Miguel Quiñones Pedroza y Vicente Rodríguez Quiroz (antes de San Marcos había cursado mi secundaria en Salaices, Chihuahua., pero me cambié a San Marcos comprometido en inquietudes juveniles de la FECSM). Ahora comencé a inquietarme otra vez con  Chihuahua.

Regresé a La Laguna y participé apoyando al Frente Electoral del Pueblo en la candidatura de Danzós. No había ninguna posibilidad real, pero eran gritos insurreccionales. La gente se entusiasmaba en rebeldía oyendo a los tres oradores Ugalde, Othón y Danzós.
En el verano siguiente volvía a la Normal Superior de Chihuahua. Allí me enteré de que había uno de Salaices que quería permuta de Zaragoza a La Laguna. El Dr. Pablo Gómez y Lupe Jacot recomendaban a Zaragoza (Distrito Galeana) como “conveniente” y promovía la permuta Atalaya-Ignacio Zaragoza.


SEGUNDA RUTA: ZARAGOZA-MADERA-LECUMBERRI

Ignacio Zaragoza, Chihuahua, está al noroeste del Estado, “en el paralelo rojo sangriento” según Fernando Jordán (el de Corea y Viet Nam) y al conocerlo me había impresionado gratamente. Llegué allí el 11 de septiembre de 1964. La noche anterior al viaje me había reunido con Arturo Gámiz en Anáhuac. El autobús lo abordaría cerca, en Cd Cuauhtémoc y aquel Zaragoza distante por las lluvias y el camino me seducía con su mística insurreccional. Decidí entregarme a él fervorosamente.

Soplaban allí nuevos vientos. Más reales que en la Ciudad de Chihuahua. Era hermoso el poblado. En realidad México estaba cambiando desde la entrada triunfal de los barbudos de Castro a La Habana aquel 1 de enero de 1959. América Latina vibraba con el antiimperialismo.

En 1960 e había reunido el  Movimiento de Liberación Nacional  (MLN) presidido por Cárdenas. Una delegación de Zaragoza había asistido a esa Convocatoria (Edmundo Gaytán y Adalberto Flores, entre otros). Allí me enteré TAMBIÉN que a Danzós lo recibió prácticamente el Municipio entero en aquella Campaña presidencial de un candidato no registrado del FEP. Estaba claro que llegaba a una localidad de revolucionarios, con sentido socialista, aunque sin partido.

Para colmo de mi buena suerte me nombraron Director de la Primaria, a la que luego decliné por el Compañero Daniel Gallardo de Salaices, que tenía más derechos.

El Municipio se había formado al separarlo de Buenaventura en 1940.  El propio Presidente Municipal Don José María Flores Fuentes hizo las gestiones ya que procedía del mismo  Zaragoza. Era época todavía del Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

Don José María había fundado el Ejido en 1922, que constituía el 80% del nuevo Municipio. Él es como un hilo conductor de una historia regional pendiente ya que era nieto del Sr. Jesús Fuentes, ex Administrador de la Hacienda de Don Abraham González, (emigrado anarquista español del grupo antirreleccionista de Cd. Guerrero) y por eso se orientaba con principios socialistas de raigambre floresmagonista, lo que transmitía en sus acciones y a sus conciudadanos (gente procedente del Río Papigochi y Pinos Altos como los Gaytán) conformando aquel núcleo popular al que se agregaría el Dr. Raúl Peña Garibay (procedente de Aguascalientes) y yo.

DESPUÉS DEL ASALTO AL CUARTEL

Cd. Madera es una Ciudad pequeña y cercana de gente muy conservadora y católica. Había allí entonces una estación de radio que fue la que transmitió la noticia aquella mañana del 23 de septiembre de 1965. Nos preparábamos para entrar a clases en la Escuela Primaria “Josefa Ortiz de Domínguez” de Zaragoza donde trabajaba. La noticia de la muerte de los compañeros nos conmocionó. No sabíamos qué hacer. Llegado el caso ayudamos a algunos sobrevivientes como pudimos. Pero era muy poco para nuestros deseos. Había soldados del ejército por todos lados. Teníamos mucha fuerza social, pero no estructura orgánica para el análisis y la toma de decisiones. Nos movíamos de modo muy natural a la “pura oreja” decía nuestro Jefe político militar el Dr. Raúl Peña. Nos reuníamos con  frecuencia  Cuauhtémoc Flores, Javier Gaytán y yo y de allí lo íbamos conversando con los demás. Actuábamos de acuerdo y nos conocíamos muy bien y el consenso era que la Sierra de Chihuahua resultaba demasiado fría y despoblada para la guerrilla. Pensábamos en un proyecto más nacional y una sierra físicamente más apropiada. Eso sí, nunca dejamos de ayudar. Sin embargo, teníamos relaciones diversas y entre ellas mismas se combatían: PCM, Espartacos, PPS, etc. No estaba claro.

Al fin, el grupo se comprometió finalmente con el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP) y me mandaron a mí para una “Escuela de cuadros” que resultó ser dos escuelas en la Ciudad de México. Los cursos eran de Economía Política, Estrategia y táctica revolucionaria, Historia de México o algo así que no recuerdo bien y Filosofía. Ocho horas diarias. El día que terminábamos los cursos, el 12 de agosto de 1966 fuimos aprehendidos y llevados a los servicios secretos de la policía. El Jefe de la policía era el sanguinario Raúl Mendiolea Cerecedo. Fueron nueve días terribles. Pero un Lic. De nombre José Rojo Coronado al parecer nos descubrió y en medio de un escándalo exigió vernos. No sé si allí salvamos la vida o quién sabe.

Éramos como cuarenta, es cierto. Pero a unos los soltaron antes. A otros nos acusaron por Conspiración solamente (cinco años máximo) y a nueve por Conspiración, Incitación a la rebelión y acopio de armas. Estos últimos no alcanzaban “Libertad bajo fianza”.

CESADO Y LA CIUDAD POR CÁRCEL

A los cuatro Normalistas Rurales se nos acusó sólo por “Conspiración” y por tanto con derecho a libertad bajo fianza. Debía pagarse intereses a una Compañía afianzadora y disponer de un bien raíz como aval. Las siete Sociedades de Alumnos de las Normales Rurales (donde estaba San Marcos y Aguilera) pusieron el pago de intereses y el Profr  José Santos Valdés ofreció las escrituras de su casa de Lerdo (Rayón 134 Poniente) como aval. ¡Todo su patrimonio por los alumnos! Esa es para mí una lección suprema porque él, sin deberla ni temerla como se dice popularmente estuvo a punto de perder la casa cuando algunos compañeros volvieron a irse a intentarlo nuevamente. Afortunadamente no pasó nada. Y para colmo de males, en Chihuahua salió el pasquín anónimo del “Que poca madre de José Santos Valdés” donde lo calumniaban de azuzarnos solamente.

Él decía que las ideas que perseguíamos eran también su responsabilidad. Pero la práctica política concreta es siempre otra responsabilidad y esa era sólo nuestra.

¿Cuánto más tiene que costarle a un Maestro, verdaderamente educador y no sólo “transmisor de conocimientos la misión de formar gente de bien?

El Profesor Valdés nos ayudó todavía a recuperar nuestra Plaza docente, a Lupe Moreno en Coahuila y a mí en el DF. Yo me dediqué a resolver la cuestión legal para evitar seguir pagando intereses a la Compañía Afianzadora. Lo pude lograr hasta septiembre de 1976 cuando como dirigente popular en Chihuahua el Presidente Luis Echeverría visitaba el Estado: diez años después.

Chihuahua, Chihuahua, a 7 de julio de 2015

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