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domingo, 1 de mayo de 2011

LOS NORMALISTAS DE ZARAGOZA Y SUS SIMBOLOS.

Luis Hernández Montalvo.Los viejos maestros –varios de ellos enfermos- buscan reunirse para recordar, para confrontar lo que fue su vida profesional después de haber egresado de la Escuela Normal Rural de Zaragoza, Puebla.
Una convocatoria circula entre los maestros más cercanos y han hecho llegar la invitación en varios rincones alejados del país como Torreón, Coahuila donde sobreviven algunos de ellos con una jubilación que ofende y lastima su dignidad de seres humanos, después de haber consagrado su vida al servicio de la Escuela Rural.
También saben que otros viven bien, que el sindicato se sobrepuso a los viejos símbolos de moralidad ética e impuso sus propios métodos de control y corrupción. El corporativismo del SNTE al partido en el poder disminuyó su intrepidez en la lucha y la “mística y conciencia social transformadora de servicio en beneficio de la clase más desprotegida de nuestra sociedad nacional”.
Pero han sacado fuerza de sus flaquezas y decidieron convocarse como cuando eran jóvenes, no vendrán solos, seguramente los acompañarán sus hijos, nietos y bisnietos. Los convocantes no tienen idea de cuantos vendrán, pero la iniciativa camina con pasos firmes, dejando achaques y decepciones, vienen o van a recorrer esa parte de su historia cuajada de recuerdos simbólicos, de sueños truncados, pero también de realizaciones y orgullosos de su deber cumplido con la patria.
Vienen con las familias, convocados por voluntad propia, por el gusto a la vida, por recrear en su visión el paisaje serrano, traen en sus morrales sus anécdotas, tal vez algún cuaderno de notas, algún poema, alguna canción a su escuela, las fotografías y el escudo de la Normal que los identifica.
Tal vez recuerden el himno estudiantil que decía: “La firme fe, la voluntad, es fortaleza de nuestra amistad, no hay bombas que, puedan vencer: noble y justa es nuestra causa por la paz…”van tras el recuerdo de sus maestros.
En su recorrido, visitarán la población de Xochiapulco, en donde se encuentra una de las sedes de la Normal antes de su última instalación en Zaragoza. Ahí está el viejo edificio construido bajo la dirección del Educador Raúl Isidro Burgos Alanís un edificio “donde le rodean y le acechan tantas presencias invisibles”. Xochiapulco es considerada por los ex alumnos de la Normal Rural “Basilio Vadillo” como “la cuna de la Escuela Rural”, bajo la inspiración del insigne profesor Raúl Isidro Burgos.
¿Quién fue Raúl Isidro Burgos? Dicen los anfitriones “zaraguatos” que este ejemplar maestro nació en la ciudad de Cuernavaca, Morelos el 21 de julio de 1890, que fue hijo del señor Atanasio y de la señora María de la Luz, inició sus estudios primarios en su tierra natal, posteriormente, ingresó a la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad México.
Posteriormente estudió en la Escuela Normal de Profesores de 1905 a 1912.
El maestro Raúl fue maestro de grupo en varias poblaciones en los estados de Chiapas, del Distrito Federal. Participó en el Primer Congreso de Pedagogía en Chiapas, en 1914. En los años de 1916 y 1917, fue inspector de la Segunda Zona Escolar en el estado de Chiapas y en 1933, fundó la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero. El maestro muere el 10 de abril de 1971 y sus cenizas reposan en la Normal Rural de Ayotzinapa.
Hay “otras presencias invisibles” que se pierden en la memoria como las de Rigoberto Castillo Mireles, otro incansable fundador de Normales Rurales o la presencia de Efraín Bonilla Manzano y tantos que seguramente van a recrear los ex alumnos de Zaragoza los días 27, 28 y 29 de mayo. La invitación la hacen extensiva a todos los profesores ex alumnos egresados de las Normales Rurales de Zaragoza – Xochiapulco.
De la Región Lagunera, los ex alumnos de la Escuela Normal Rural de San Marcos Zacatecas, me están invitando para reunirnos y valorar el trabajo de los normalistas rurales en el impulso a la educación pública del país. El magisterio egresado de las Normales Rurales del norte de México, también tienen un ejemplo de dignidad en la “presencia invisible y simbólica” del Educador José Santos Valdés.
Otro de los grandes ejemplos de los normalistas rurales. Educador de la Revolución Mexicana, impulsor de la Escuela Rural Mexicana de los años veinte y treinta del siglo pasado, militante comunista y forjador de varias generaciones de profesores rurales, a él se le debe la redacción, -en 1935-, del Manifiesto para la celebración del Primer Congreso Constitutivo de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México –FECSM-, que agrupa a los estudiantes de todas las Escuelas Normales Rurales del país.
Los normalistas rurales laguneros, están orgullosos de su maestro, sobre todo, porque tuvo una faceta en su vida muy rara en el magisterio, aparte de su trabajo docente, ejerció el periodismo en los diarios “La Opinión” de la Región Lagunera; “La Voz”, de Michoacán y para varios diarios más de la cadena García Valseca, hoy Organización Editorial Mexicana, fue articulista de la revista “Siempre”, “Política” y en “El Día”.
Los profesores de Zaragoza están organizando el hospedaje, las reuniones, los recorridos y la alimentación para todos los asistentes, otra vez están de pie los jóvenes de siempre, están vivos y con iniciativa, por eso merecen nuestro respeto y admiración, los de Puebla y los del norte, los normalistas rurales son también ejemplo de dignidad.
Pero no todos los profesores egresados de la Normal Rural de Zaragoza, Puebla están jubilados, varios están en activo como directores y jefes de enseñanza.
La última generación de maestros de la Escuela Normal Rural de Zaragoza se registra en 1969, año en que el sátrapa Gustavo Díaz Ordaz, clausuró 14 de las 29 Escuelas Normales Rurales, como escarmiento por haber iniciado y organizado el posterior Movimiento estudiantil protagonizado por los universitarios de la UNAM.
Eran los años de cambios profundos en la conciencia nacional, algunos normalistas rurales como Lucio Cabañas Barrientos, pasaron posteriormente al movimiento estudiantil a tomar las armas con el Partido de los Pobres y las guerrillas de los años setentas del siglo XX mexicano y de la Educación Pública.
hernandez_luis21@yahoo.com.mx

2 comentarios:

luis hernández montalvo dijo...

Se me ocurre que este encuentro de ex estudiantes normalistas rurales, debiera tener una importancia mayor, me imagino a los estudiosos de Historia Oral para que puedan trasladarse hasta la población de Zaragoza, Puebla, en la sierra norte, para que puedan entrevistar a los convocados, tal vez los normalistas o de la Universidad Pedagógica Nacional que se interesen por la obra educativa de los normalistas rurales, para que asistan y conserven sus testimonios. Recurden que el encuentro tendrá lugar los días 27, 28 y 29 de mayo.
Se me ocurre que la SEP local y la federal, les envía un saludo y un reconocimiento a los sobrevivientes de esta esperiencia educativa en el país.

luis hernández montalvo dijo...

Nuevamente te saludo y particularmente te agradezco el artículo que por correo me ha llegado hoy 4 de mayo del 2011.
No es tan fácil dejar de lado algo que toca el alma. Ser normalista de aquellos tiempos de la Normal para varones de Xochiapulco y luego de Zaragoza, es para muchos de los que todavía hoyamos con nuestras pisadas algunos lugares de este planeta tan vapuleado por el propio hombre que no ha podido entender que se vapulea a sí mismo. Todavía resuena en mis oidos la voz suave pero sabia del maestro Raul Isidro B urgos que durante más o menos tres horas me soltó un formidable "rollo", que me hizo un no tan buen maestro de banquillo y que, aun siendo así siempre me he sentido orgulloso de serlo. Con ese recuerdo hay otros muchos que pareciera que fue ayerque sucedió. Tan fresco es que, si fuera posible vivirlo tal cual, lo volvería a vivir.
Gracias por darme la posibilidad de revivir en el imaginario a tantos años después, lo que con agrado guardo y se hace patente cuando vuelvo a ver a mis compañeros de generación y los que no lo fueron. El sólo hecho de ser"ZARAGGUATOS" comos nos decimos algunos, en cada uno siempre me veo. Ya son incontables nuestra arrugas pero vernos, no sabes cuánta alegría se derrama y llena el ambiente en que con grandísimo agrado nos vemos.
Con mi agradecimiento va de nuevo mi saludo y un abrazo.

huehuecoatl