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martes, 3 de noviembre de 2015

La evaluación a maestros y el anzuelo envenenado Luis Hernández Montalvo

La evaluación a maestros y el anzuelo envenenado

Luis Hernández Montalvo

El miércoles 28 de octubre, justo, a las doce horas empezaron a llegar al salón decenas de maestros de la ciudad de Puebla. Habían sido convocados por los líderes de la Sección 51 del SNTE. Esperaban dos grupos de quince maestros cada uno, llegaron alrededor de doscientos.

El nerviosismo era más que evidente entre los que dirigían el taller para orientar el trabajo de los maestros con miras a la elaboración del examen sobre Evaluación del Desempeño en la elaboración del Expediente de evidencias de enseñanza. A esta hora, ya se sabía, que apenas un poco más del 30 por ciento de los 150 mil profesores convocados, habían subido sus expedientes. Los empleados metían sillas adicionales para los maestros que permanecían de pie.

Cerca de doscientos profesores con sus dudas; tratando de encontrar apoyos académicos y técnicos para cumplir con esta etapa del proceso de evaluación docente. Los conductores del taller preguntan: ¿Cuántos ya subieron sus expedientes? Apenas unas cuantas manos se alzaron con timidez e indecisión.

Los maestros seguían llegando y el taller se interrumpía una y otra vez frente al enojo de una señora que se movía de un lugar a otro con signos de hiperactividad y nerviosismo que en momentos adquiría signos de histeria. Los líderes observaban preocupados mientras repartían unos discos con información bibliográfica, según dijeron los conductores cuando explicaron que ahí estaban los libros que hablan sobre teorías de aprendizaje y sobre la información que se requiere para argumentar el trabajo docente.

Un maestro lee la parte del contexto de su escuela. Le corrigen y le cuestionan: ¿Qué relación tiene esa información con el aprendizaje de sus alumnos? El maestro guarda silencio y se escuchan comentarios: “…yo lo copie de la monografía de…”
En menos de tres horas, los maestros se retiraron, varios de ellos con el rostro contrariado por la falta de un acompañamiento más prolongado que les permitiera construir el mencionado Expediente de evidencias de enseñanza; otros, preocupados por no haber recibido aún su clave de acceso a la plataforma del Servicio Profesional Docente. El tiempo y los plazos son cruciales en la conservación del empleo.

Esto ocurría seguramente entre los 150 mil maestros convocados a la evaluación del desempeño. De este examen, depende su permanencia como profesores en las aulas. ¿Qué sucedía en las alturas de la pirámide burocrática? Una compleja maquinaría movía las ruedas del molino de una nueva historia laboral. Hasta aquí llegó la aventura de las leyes laborales de los Constituyentes de 1917. ¿Derecho al trabajo? Solo si eres idóneo, solo si apruebas las evaluaciones de anónimos evaluadores.

Arriba, en la cúspide de la pirámide el señor Secretario de Educación Pública adquiría rostro de gendarme y de general quien cubriendo sus blasones de gloria, mandó a apresar con lujo de violencia y fuerza policiaca a cuatro profesores a los que se les acusa de delitos federales. Intervienen policías federales y ejército. Hay otras órdenes de aprensión contra maestros que se oponen a la mal llamada Reforma Educativa.

El señor Secretario está indignado. Los consejeros del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación –INEE- tampoco duermen; todo su capital construido en la academia está en juego y su capacidad crítica y de construcción ética ahora está supeditada a las decisiones de los políticos de baja monta; tampoco están tranquilos y todos a coro, todos; los políticos de derecha y de izquierda; los pro empresariales y los que se erigen en la cabeza del proletariado; los que nacieron al calor de la Guerra Cristera cercenando a maestras y maestros que construían la Escuela Socialista en el gobierno de Lázaro Cárdenas; pero también de aquellos que provienen del Partido Comunista y que prometieron a México una Revolución Democrática; líderes sindicales, miembros del Congreso de la Unión, empresarios, todos amenazantes llaman a los maestros a la evaluación.

Las televisoras dedican su programación o parte de su programación a llamar a los maestros a cumplir con sus obligaciones; los inmorales dando clases de ética desde la pantalla chica y de los recursos públicos se desvían millones de pesos para pagar campañas publicitarias de un Secretario que no convence a pesar de sus desplantes que rayan en lo grotesco, en improvisaciones de lector deletreando frente a niños y maestros que aplauden las ocurrencias de don Aurelio Nuño.

Y sacando carnada de la ilegalidad, se ofrecen créditos hipotecarios del FOVISTE a todos los profesores del Distrito Federal que aprueben el examen. Los derechos como dádivas, como moneda de cambio, como carnada envenenada.

Y al borde de la histeria burocrática, el señor Aurelio Nuño dice que a los profesores que aprueben el examen les van a incrementar horas. El anzuelo está envenenado y la carnada es de mala calidad. Los incrementos de horas ¿No son a través del Examen de Ingreso o de Oposición? Cuando ya no tiene límite su astucia, es cuando promete un incremento salarial en automático de más del 30 por ciento a los promedios más altos que resulten de la Evaluación del Desempeño. ¿En qué concepto de las prestaciones económicas, señor secretario?

Pero tal vez, los más preocupados son los miembros de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente que desde su integración se presenta con doble rostro, el institucional frente a los empresarios y a Mexicanos Primero y el de sindicalista frente al SNTE. Esta ocasión la estructura nacional del SNTE ha entrado en acción para evitar un descalabro mayor de la CNSPD en un posible aplazamiento indefinido de la evaluación docente. Aurelio Nuño se irá de la SEP, más temprano que tarde, igual como lo hicieron los que le antecedieron, dejando una estela de odios y caos que profundizaran la crisis de la Educación Pública y un mayor deterioro de la Escuela y de la moral de sus educadores.

Creo que los maestros debemos dejar de ser lectores-escritores de frases y consignas para recuperar nuestra palabra y dejar los ritos burocráticos de repetir la palabra de los otros. ¿Qué nos impide decir la nuestra? A continuación les dejo la dirección electrónica de un texto extraordinario sobre la actual coyuntura, “El INEE era más autónomo cuando no era autónomo” de Alberto Arnaut Salgado, espero que la disfruten (3 de noviembre de 2015).




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