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viernes, 12 de agosto de 2011

El 5o Congreso Nacional de Educación está minado

"Quiero enviar un abrazo de muchos brazos a los jóvenes valientes que nos están dando a todos una lección de dignidad democrática desde las calles de Chile. Ellos, los indignados, demuestran que hay otro país posible, heredero de Balmaceda y de Allende, y que Chile no termina en las fronteras trazadas por los resignados y los indignos. Que de eso se trata, al fin y al cabo: luchando por la educación, los jóvenes educan a todos los demás. Esta protesta enseña. Yo les digo: gracias mil y suertudas suertes en tan hermosa aventura". –Eduardo Galeano.

Luis Hernández Montalvo

El Comité Ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ha convocado al 5º. Congreso Nacional de Educación bajo el lema: “Educar es el camino”.
El CEN del SNTE tiene el objetivo de promover la más amplia participación social de los diferentes actores, instituciones y órdenes de gobierno, para construir y asumir desde las diversas responsabilidades, la agenda educativa que genere la transformación de nuestro sistema educativo a fin de que responda a las expectativas del México del siglo XXI.
El problema no será fácil de resolver, mientras no se atiendan los vínculos con las distintas instancias de dirección, mientras los encargados de echar a andar la pesada máquina burocrática del SNTE, no comprendan la importancia de un evento de esta naturaleza que no puede repetirse como los anteriores congresos; mientras los líderes delegacionales y seccionales estén preocupados por todo, menos por los asuntos educativos y por los problemas gremiales que afectan a todos los trabajadores, independientemente de su preferencia sindical y militancia política, y que en las actuales circunstancias, parecen insalvables, mientras no se quiera ver que: “La casa ha estado mal guardada”, parodiando a su presidenta nacional en su discurso del 20 de enero de 1990.
El SNTE vive desde la década anterior, un profundo y desgastante proceso de balcanización que ha llevado al desprendimiento de 40 sindicatos de trabajadores de la educación con reconocimiento en las Juntas de Locales de Conciliación y Arbitraje en los estados, y que ya se han constituido en la Federación Nacional de Sindicatos Independientes de Trabajadores de la Educación, algunos de ellos con influencia en amplios sectores del magisterio y con reconocimiento incluso en sectores del magisterio mal llamado “institucional”. Mencionaré solo como referencia al Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Baja California y a la Delegación Sindical de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, que forma parte del Sindicato de Trabajadores Normalistas y de la Educación en Veracruz.
Destaca en este proceso el reciente reconocimiento y toma de nota del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de México por parte del Tribunal de Conciliación y Arbitraje, dejando en la perplejidad a los líderes del SNTE que no han podido procesar sus diferencias internas sobre todo, en el reparto de las cuotas de poder, tanto en las estructuras del sindicato como en la administración pública.
El 5º. Congreso Nacional se enfrenta también al magisterio agrupado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación -CNTE-, que desde 1979, se ha constituido en una poderosa organización que cuestiona los mecanismos internos del poder sindical que ha dado origen a verdaderos cacicazgos que han entronizado la corrupción y el envilecimiento de las instituciones, en otro tiempo respetadas y respetables como la escuela pública y el trabajo de los profesores de educación básica.
La convocatoria a un Congreso de Educación, en un año electoral, más que buscar el consenso con la sociedad, para mejorar la calidad de la educación y el sistema educativo, tiene como fin rescatar un poco de influencia política en la vida nacional que presente al sindicato, sobre todo a sus dirigentes, como una organización propositiva y colaboracionista que disipe los temores y las presiones de los organismos económicos internacionales como la OCDE, quien le ha pedido al SNTE: “dejar de ejercer el veto sobre las reformas educativas mandadas por procesos políticos democráticos”.
Un sindicalismo que forma parte de los entramados círculos del poder económico y político, no puede reclamar autonomía para representar los intereses de los trabajadores agremiados al SNTE, pero tampoco puede encabezar la defensa de los derechos de los niños y jóvenes a tener una escuela pública de calidad ante los grupos de presión, que nos permita remontar el rezago educativo y que según informes muy conservadores afecta a más de 19 millones de mexicanos y que se suman a los problemas de deserción escolar y desempleo con lo que se perfila un sombrío panorama para millones de jóvenes.
El millón y medio de trabajadores de la educación que reclama la representación del SNTE, es una quimera, mientras los líderes más experimentados en el sindicato se dedican al trabajo de impostación con más de 18 mil trabajadores comisionados con cargo al presupuesto de la federación y otro tanto mayor negociado con los gobernadores de los estados, se encuentran realizando trabajo político con la sociedad civil para canalizar influencia electoral al PANAL, mientras esto ocurre, se observa una parálisis sindical en las escuelas y delegaciones sindicales sin precedentes.
En el mismo escenario se puede observar como son sustituidos los líderes con mayor capacidad de negociación sindical para realizar trabajo político o para formar parte de la administración de los intereses y negocios de la maestra, por personas sin trayectoria sindical, pero que son incondicionales a los deseos de la Presidente del SNTE, este mismo fenómeno de descuido se observa en las secciones sindicales a donde han llegados personajes sin perfil y sin influencia en la comunidad educativa para convocar y ser factor que busque los consensos entre los distintos actores sociales interesados en los problemas educativos. Sustitución que responde a los caprichos de la presidente del SNTE, violentando la legalidad de sus congresos y los órganos de gobierno sindical.
Pero más allá de los cuestionamientos de la sociedad, del descrédito de los maestros a los que se hace responsables del fracaso educativo en México, que se les presenta como un puñado de ignorantes que no tienen las competencias básicas para ejercer la docencia, que reprueban los exámenes y que hacen trampas para escalar las diversas categorías del escalafón vertical de Carrera Magisterial, si, más allá de estas minucias:
¿Cómo espera el SNTE que los maestros, padres de familia, académicos –en referencia a los profesores de las instituciones de educación superior- investigadores, autoridades gubernamentales y educativas, en su mayoría o en su totalidad miembros distinguidos del SNTE, legisladores, líderes de opinión, organizaciones, asociaciones y todos los interesados en mejorar la calidad de la educación acudan al llamado de una organización que es presentada como usuaria voraz del presupuesto?
No estoy negando la necesidad del SNTE por avanzar en la construcción de una visión propia, de una propuesta sindical que refleje la opinión de los sindicalistas y no como comparsa para legitimar las políticas impuestas por los organismos internacionales, no como una respuesta para satisfacer a los grupos de presión, entre los que se inscriben los grupos empresariales, el clero y el avance de las organizaciones internacionales que colocan al SNTE como el responsable del desorden y como un factor limitante del sector educativo.
Uno se pregunta ¿Qué están haciendo los líderes del SNTE para construir los consensos, para conectar a los diversos y poder construir propuestas mínimas a partir de coincidencias que los comprometa de cara a la nación?
No hay entre el magisterio mexicano y entre la comunidad educativa una presencia influyente en las redes sociales, no hay presencia virtual como ocurre en los países de Europa o de América del Sur. Las páginas institucionales tanto del SNTE, sus secciones y delegaciones y del propio CEN, no son espacios de debate y construcciones de opinión, pero también desde la Secretaría de Educación Pública, desde las páginas institucionales, la voz y la palabra de los trabajadores está excluida, ¿Cómo entonces se quieren construir los consensos?
Es muy probable que los líderes del SNTE argumenten la necesidad de corresponsabilidad entre el SNTE y la SEP en la construcción de la política educativa o que invoquen el principio de bilateralidad, lo cual también resulta falso, en tanto que el proceso de imbricación entre la SEP y el SNTE son tan cercanos, que no hay una frontera que los separe.
La balcanización del SNTE no parece importar a los dirigentes del sindicato, en tanto que han acumulado demasiado poder en otras partes como el ISSSTE, los partidos políticos, la Lotería Nacional, las administraciones de los sistemas educativos locales y en la Subsecretaría de Educación Básica a nivel federal. Esto explica el bajo perfil de los cambios en el CEN del SNTE, en la falta de experiencia de los nuevos cuadros del sindicato.
¿Cómo construir consensos y como llamar a la diversidad de visiones sobre los problemas educativos de México, cuando son los líderes del Sindicato los dueños de las finanzas y controlan los medios y los invitados a modo de la presidente del SNTE, cuando establecen que será el CEN el órgano de gobierno que acredite a los delegados, conferencistas e invitados?
¿Cómo creerle a los líderes del SNTE que su preocupación es la Escuela Pública y que “Educar es el camino”, cuando no se cumplió con el tiempo propuesto para la primera etapa del Congreso que debía movilizar a los miles de maestros, padres de familia y demás interesados en los temas del Congreso para los meses de mayo y junio pasado? ¿Por qué la escasa o nula difusión de la convocatoria entre los maestros y padres de familia? ¿A cuántos foros públicos se han convocado en este tiempo?
Hoy en el SNTE se vive el fenómeno bíblico relatado en el Cap. 11 del Génesis, cuando los hombres construían la Torre de Babel y que por castigo de Yahveh, sus dirigentes empezaron a hablan diferentes lenguajes, por lo que ya reina entre el magisterio la confusión, el temor y la inseguridad laboral, pero también a la dispersión absoluta, repito ¿Cómo construir consensos? ¿Dónde está el sindicato?

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